Cada dos años peregrinamos con mi familia 15'000 Km para llegar al Valle del rio Elqui, en la región Coquimbo/La Serena, al norte de Santiago de Chile. Para mi este es el lugar donde el sueño de una vida lenta se vuelve realidad.
Aquí me toca volver a apreciar la belleza de todo aquello para lo que uno se toma tiempo. Sea cocinar, pasear o dedicarse a hacer cualquier tipo de trabajo. Lo admirable aquí, aunque parezca obvio, es que me toca en el valle tomar nuevamente conciencia de lo hermoso e importante que es hacer una cosa después de la otra.
Vivimos en el mundo del multitasking, en que tendemos cada vez más a tratar de hacer varias cosas al mismo tiempo, perdiendo todo el sentido de lo que es la calidad de nuestro trabajo.
En el valle la gente parece moverse más lento, trabajar más tranquilos, pero se dedican, se dedican cuidadosamente a lo que hacen y parecen apreciar mucho lo que tienen.
Simple pero admirable...